domingo, 16 de marzo de 2014

SOR ANA DE LOS ANGELES

Frase del día



 Sor Ana de los Ángeles "la flor de la campiña Arequipeña" como así la llamamos todos sus devotos quienes le profesamos un verdadero amor, por que confiamos en su intercesion y sentimos que siempre nos ayuda.

la frase que hoy queremos compartir es la que dijo días antes de su muerte y que continuamente lo repetía como jaculatoria:

"DIOS MIO LO DICHO, DICHO ESTA, YO CON VOS Y VOS CONMIGO, TU CONMIGO Y YO CON VOS" 

te animamos que la repitas 


viernes, 14 de marzo de 2014

MARIA TU

Consagración personal a la Santísima Virgen María



 La consagración a María es la forma más perfecta y excelente, más eficiente y recomendable de vivir una auténtica espiritualidad mariana. Mediante ella la persona se compromete, o se obliga amorosa y libremente a vivir en una atmósfera mariana, a imitar en todo a María, a conformar su vida y sus actitudes con las de la Virgen nuestra Madre, para vivir así en mayor intimidad con Jesús.

Pablo VI, en el documento con que declaró a María, Madre de la Iglesia, afirmó que:
            «El conocimiento de la verdadera doctrina católica sobre María será siempre la llave de la exacta comprensión del misterio de Cristo y de la Iglesia» (Discurso de 21.XI.1964).
            Glosando este pensamiento del Papa, podemos decir que la Consagración a María y la vida en íntima comunicación espiritual con Ella son la clave para vivir más íntimamente unidos al misterio de Cristo y de la Iglesia; la clave para vivir una auténtica vida cristiana y eclesial.

            Esto es más fácilmente comprensible si tenemos en cuenta el puesto que la Virgen María ocupa en la historia de la salvación, y la función que desempeña en la Iglesia, como Madre espiritual y colaboradora en la vida de la gracia.

            María es miembro sobreeminente de la Iglesia, como ha recordado el Vaticano n. La prerrogativa de ser la Madre de Dios la eleva a una categoría y dignidad altísima, que Santo Tomás y los teólogos han calificado como casi infinita, por razón de la dignidad infinita de su Hijo; aunque la sitúa al mismo tiempo muy cerca de los hombres, por ser Madre de los cristianos en el orden de la gracia, al ser Madre del Dios Salvador. Es por lo mismo la Hija predilecta del Padre, la Madre Sacratísima y virginal del Hijo y el templo del Espíritu Santo; Sagrario de la beatísima Trinidad (cf. LG 53).

            Si la espiritualidad mariana es una forma, o estilo de vivir la vida cristiana, bajo la inspiración y la influencia de María, parece que no hay otro modo más perfecto y excelente de vivir esa espiritualidad, que mediante la consagración a María. En ella y mediante ella se vive el reconocimiento amoroso de la dignidad de María, de sus relaciones con la Santísima Trinidad y de sus relaciones de Madre y Reina con relación a los redimidos.


            Los Santos más devotos de la Virgen María, desde San Ambrosio y San Ildefonso de Toledo hasta la época más reciente, han practicado alguna forma de consagración, como expresión de su amor y servicio amoroso a la Señora. La Iglesia entera vive también consagrada a María.



HOMILIA DE RESURECCION

1.- Madrugada pascual. Caminando en la penumbra, en el frescor del amanecer, tres mujeres, una de ellas María la Madre y Virgen, se dirigen hacia el sepulcro. Llevan sus brazos cargados de mirra y áloe para embalsamar al que más querían, pero no lo encuentran en la tumba. ¡Ha resucitado! ¡No está entre los muertos!

2.- Perfume de alegría llevamos hoy cuando nos acercamos al Señor en la gran Eucaristía Pascual. ¡Aleluya! Es el día del triunfo de nuestro Dios. Buen olor de alma resucitada y con esperanza.

3.- Ungir a su Maestro era el deseo de las santas mujeres; que su cuerpo no sufriera la corrupción. Y no hicieron falta los ungüentos. Jesús no podía sucumbir a la última ley de la naturaleza. Había resucitado y había dejado hasta el fin de los siglos el manjar que contiene la vida eterna, el Pan de los Angeles; su cuerpo, que nos preserva también a nosotros de la corrupción.

4.- Luz eucarística en la madrugada pascual. Resplandor de resurrección. Es preciso que los ojos de nuestra alma queden hechizados ante el fulgor de quien ha resucitado para nuestra salvación. Que prorrumpa el alma con la misma exclamación que se oyó en el monte Tabor: "¡Qué bien se está aquí". Hagamos también nosotros tres tiendas junto a Quien es nuestra fuerza y esperanza. Y salgamos de este lugar encendidos en santo fervor, porque hemos de anunciar al mundo el mensaje de Magdalena: Ha resucitado. Es cierta nuestra fe.Te recomiendo mi página web http://personales.jet.es/mistica